Si estás en Londres, otra visita obligatoria es el El Palacio de Buckingham. Una mañana de Marzo decidimos movernos hasta este punto de la geografía londinense para ver con nuestros propios ojos ese edificio de piedra y bañado en oro donde vive la realeza inglesa.
Realmente, y nunca mejor dicho, es imperial y todo parece estar ocurriendo en otro momento de la historia si miras al frente, ya que varios soldados, un número de cuatro, recorren una distancia, igual para cada uno con pasos contados y movimientos de protocolo haciendo de guardias del gran palacio. A su alrededor, además de ver a mucha gente, sea la hora que sea, se pueden ver distintas estatuas con ese color amarillo que todos sabemos qué es.
La vista duró tanto como el cambio de guardia, que merece la pena ser visto, se acerca mucha gente a comprobar cómo es y cuantos forman parte de dicha procesión, son muchos en número, tanto ellos como los asistentes, cada día hay más o menos gente pero mucha, y es que en Londres, ya se lo digo yo hay gente de todas las nacionalidades menos la inglesa.
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